LAS FASES DEL DESARROLLO DEL CACHORRO

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El cachorro


El cachorro, es la base a partir de la cual se desarrolla un individuo canino en particular.
El cachorro nace con una serie de rasgos genéticos, que pueden potenciarse o inhibirse en diversos grados, dependiendo del medio ambiente en el que el cachorro crece y se desarrolla.
El temperamento formado por la suma de rasgos es heredado, y el carácter es el resultado de la combinación de esta herencia y de las pautas de comportamiento aprendidas.
Las experiencias y vivencias de un cachorro son determinantes para formar la personalidad que le hace un ser individual y único.
Un cachorro con tendencia innata a la dominancia puede convertirse en un perro dócil y un cachorro sociable si lo alejamos de todo contacto se convertirá en un animal temeroso e insociable, un cachorro tímido podrá rebajar sustancialmente su timidez si lo exponemos a la mayor cantidad de situaciones posibles.
El medio ambiente en que se desarrolla el cachorro durante los cuatro primeros meses, momento en el que termina el periodo de sociabilización, va a afectar a su futura personalidad de una manera decisiva.


Fases críticas o periodos sensibles del cachorro


Gracias a los estudios del Dr. Scott, en el Laboratorio Roscoe B. Jackson Memorial, en Bar Harbor, Maine (EEUU) en colaboración con la Escuela de Perros para Ciegos de San Rafael, conocemos la importancia que tienen los primeros meses de vida de los cachorros para el desarrollo y expresión de sus rasgos de carácter heredados.
Según estos estudios el cachorro pasa por cuatro periodos determinantes, desde que nace hasta los cuatro meses de edad, y en cada uno de estos cuatro periodos se producen determinados aspectos en el desarrollo del cachorro.


1º Periodo, desde que nace hasta el día 21. (Desde el nacimiento hasta la tercera semana)


Este periodo finaliza cuando los sentidos del cachorro se hacen operativos, durantes estos primeros días de vida los cachorros dependen de su madre para satisfacer sus necesidades básicas: calor y comida.
Durante este periodo los cachorros solo tienen sensaciones táctiles y térmicas.
El cerebro del cachorro es muy inmaduro, las ondas cerebrales son mínimas, por lo que el efecto del medio ambiente es prácticamente nulo, su capacidad de aprendizaje no está desarrollada aún.


2º Periodo del día 21 al 49 (Desde la tercera a la séptima semana)


En la primera semana de éste periodo se produce un profundo e importante cambio, con respecto al primer periodo, los sentidos comienzan a ser operativos y a percibir los estímulos que anteriormente no percibían, pero tienen que aprender a usar sus nuevos sentidos, porque aunque son funcionales, aún no lo hacen al 100%. No oyen ni ven bien, pero ahora el entorno ya les afecta y lo hace de forma decisiva. Su vida empieza a funcionar emocional y mentalmente.
La importancia de la madre es vital para los cachorros porque les enseñará a comprender el nuevo mundo, aprenderán qué estímulos son positivos y cuales no, por lo que es muy importante que no se separen de la madre durante esta primera semana del 2º periodo.
A partir del día 28 casi todo este desarrollo tan rápido ya se ha realizado, ya conoce su entorno bajo la protección y seguridad de la madre.
En esta etapa comienza la sociabilización y lo ideal es que el perro permanezca con sus hermanos de camada, durante estas siete semanas serán inquietos, ruidosos e inseguros con respecto a sus congéneres, ya que no han aprendido aún el significado de las expresiones corporales, los sonidos o sus límites. Si esta fase no se completa bien serán muy peleones o muy tímidos.
Su cerebro y su sistema nervioso se desarrollan hasta el final de la séptima semana, cuando ya tienen un cerebro adulto con sus capacidades, aunque obviamente no con la experiencia o la misma capacidad de concentración.
Todo lo que el cachorro aprenda antes de la semana 16 marcará para siempre su vida y no lo olvidará nunca.


3º Periodo desde la 49 hasta los 84 días (Desde la séptima a la doceava semana)


El mejor momento para que el cachorro se vaya a su nuevo hogar es durante la primera semana de éste periodo, es decir durante la 8ª semana.
El nuevo dueño deberá emplear tiempo en relacionarse con el cachorro y crear un vínculo con él que afectará de forma decisiva a la conducta del perro. De esta forma aprenderá a desarrollarse como individuo y que tiene un papel en el nuevo núcleo familiar.
El perro aprende que puede ser un compañero de su acompañante humano, se fomenta el instinto de manada, innato en los perros, para que aprenda a trabajar con su líder para el beneficio común. Se establece la jerarquía y el cachorro admite, por medio de la educación y el adiestramiento, que su dueño es el líder y acepta voluntariamente su dependencia de él y se somete a su control.
Ahora es el momento óptimo para modelar los rasgos del temperamento del cachorro potenciando los que más nos interesen e inhibiendo los que queremos que el cachorro no desarrolle.
Puede comenzarse a enseñar las órdenes más básicas, porque así aprenderá a trabajar para su dueño, el dueño consigue obediencia y refuerza su estatus de liderazgo y el cachorro recibe recompensas.
Durante esta fase todo debe hacerse en forma de juego y la duración debe ser mínima. Durante los estudios en Bar Harbor, en éste periodo las clases se hacían una vez a la semana, exponiendo al cachorro al máximo de vivencias posibles, para enriquecerle al máximo tanto mental como emocionalmente.
La dominancia social sigue desarrollándose en este periodo, esto consigue que el cachorro respete al resto de sus congéneres, lo disciplina y fomenta su relación e identificación con ellos; sin embargo un perro que se deja en el canil con sus hermanos de camada hasta las 16 semanas sin darle atención individual y afecto limitará mucho el desarrollo potencial de sus rasgos naturales y reducirá considerablemente la capacidad para unirse a los humanos y podrá ser un perro tímido y asustadizo.
Los periodos de sociabilización y entrenamiento deben ser, fuera de la presencia de la madre y hermanos y siempre a la misma hora, para que los cachorros creen una expectativa y convirtamos la sesión en una recompensa. El cachorro podrá predecirlo todos los días y estará encantado de trabajar para su dueño.


4º Periodo desde los 84 hasta los 112 días.(Desde las 12 a las 16 semanas)


A las dieciséis semanas el desarrollo mental y emocional del cachorro se habrán realizado en la forma en la que continuará para siempre. Por tanto, no importa lo buenos que puedan ser unos rasgos genéticamente hablando, si no tienen posibilidad de expresarse durante éste periodo el cachorro nunca será tan bueno como podía haber sido.
Comienza el adiestramiento de forma más seria, pasando gradualmente del juego a la disciplina, aunque debemos saber ver las influencias de los posibles errores que cometimos en los preliminares. En este periodo es cuando el equipo hombre-perro decide quien es el jefe, de ahí la importancia del adiestramiento.
El adiestramiento debe realizarse sin distracciones, a menos distracción mejor resultado.
Si tenemos menos distracciones tenemos que corregir menos y optimizamos el vínculo positivo con el perro.
Al corregir menos el cachorro está menos presionado y le damos autoconfianza y reforzando la idea de su individualidad. Y al estar solos el dueño y el perro, el cachorro se siente importante.
Los cachorros a esa edad son muy sensibles y las correcciones pueden crear ansiedad y afctar negativamente a la relación con el dueño-
Si no hay correcciones la clase será un juego divertido y creamos una relación positiva en la mente del cachorro y querrá trabajar porque se lo pasa bien.
A esta edad los perros con temperamento fuerte tienden a revolverse a sus dueños y ahora es cuando hay que impedirlo. La agresión nunca es hereditaria, aunque puede existir potencial.
Entre las 11ª y la 15ª semana existe lucha y rivalidad entre los cachorros. Cuando toda la camada es de machos el líder siempre es el más grande. Cuando todos los cachorros son hembras no influye el tamaño y la líder será la más temperamental.
Si el cachorro permanece durante más de 16 semanas con la camada pierde la individualidad y el vínculo con el dueño será más difícil de establecer.


El tiempo es limitado desde los 21 hasta los 112 días y una vez que ha pasado es difícil de recuperar. No es imposible, pero es más lento y complicado, puede tener un buen resultado pero nunca cómo si se hubiera realizado durante los periodos 3º y 4º.
Todo lo que el cachorro aprende hasta los 112 días no lo olvidará nunca, el aprendizaje realizado en este periodo puede ser modificado por un aprendizaje posterior, pero éte no eliminará el aprendizaje previo. Por esto es tan importante que no utilicemos castigos, refuerzos negativos, ni técnicas aversivas de ningún tipo durante el adiestramiento inicial; el cachorro asociaría negativamente el entrenamiento o la situación de aprendizaje y ejecutaría conductas de evitación. Si le obligamos a continuar la ansiedad aumenta y el perro no está receptivo ni motivado, la ansiedad también le impide procesar las claves relevantes para aprender nuevos ejercicios y no lo asimilará correctamente, lo que nos puede llevar a insistir y aumentar el grado de presión y ansiedad del perro y solo empeoraríamos la situación.

 

Extraido del Manual de Técnicas de Adiestramiento de Base Aplicadas a Perros, editada por la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales (ANACP)

 

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